miércoles, 25 de julio de 2012

EDUCACIÓN EN VALORES HUMANOS EN LA FAMILIA Y EN LA ESCUELA VENEZOLANA


UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
SAN  JOAQUÍN DE TURMERO ESTADO ARAGUA
ASIGNATURA: AXIOLOGÍA



EDUCACIÓN EN VALORES HUMANOS EN LA FAMILIA Y EN LA ESCUELA VENEZOLANA



 
AUTORA:
Rosy León
FACILITADOR:
Dr. Gustavo Ruíz


San Joaquín de Turmero, julio, 2012



El siguiente ensayo tiene por objetivo comentar en qué consiste la educación en valores, cuál es el papel de la familia y del docente en la formación de valores humanos. Para tales efectos es imprescindible definir los términos educación y valores. La etimología de la palabra educación procede del latín educare-educere, que significan conducir y extraer. Se entiende por educare el acto de conducir a un sujeto de un estado a otro; en tanto que por educere, se entiende el acto de sacar o extraer de ese sujeto algo, que bien pudiera ser sus capacidades. Según Brenes y colaboradores (2007:223), “la educación es un proceso típicamente humano, porque presupone capacidades exclusivas del hombre, tales como la inteligencia por la cual aprende y planea su perfeccionamiento, la libertad para auto-realizarse, el poder de relacionarse y comunicarse, la posibilidad de socializarse”.

En atención a la etimología del término educación y a la definición de Brenes y colaboradores (ob.cit.), puede definirse a la educación como un proceso sobrentendido en una condición muy particular, la modificación del hombre en cuanto a las posibilidades de ser. De un ser que vive en sociedad, de un ser que está en constante cambio en la búsqueda de un perfeccionamiento de sus capacidades humanas. En consecuencia, la educación es un proceso que está presente en todas las acciones, sentimientos y actitudes del hombre. Ahora bien, dejando claro qué es la educación, se procede a definir el término valores. De acuerdo con Jiménez (2008: one line):
Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir una cosa en lugar de otra, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.

En otras palabras, los valores son las arraigadas creencias que tiene el hombre, las cuales determinan su manera de ser y de orientar su conducta. Entonces, departir sobre educación en valores, no es tarea fácil, considerando las complicaciones presentes en la sociedad tanto para la familia como para la escuela. El objetivo de formar tanto a niños como a adolescentes y jóvenes como individuos que viven en, por y para la sociedad, resulta ser un trabajo de alto compromiso, entendiendo la influencia que ejercen los antivalores existentes en la humanidad y que son transmitidos a través de algunos medios de comunicación.

Los padres de familia, deben estar atentos a las actividades que realizan sus hijos en su tiempo libre. Ello no indica que deba convertirse en un vigilante acosador del niño; sino que debe brindarle confianza y hablar con sus hijos de los temas que puede ver en la televisión, o de la música que puede escuchar; e incluso de los videojuegos, en los que puede participar. Ya que a través de ellos se pudiera estar contaminando el niño con los antivalores. Entendiendo por antivalores todo aquello que le es contrario a los valores. Cardona (2000), los denomina valores negativos.

La educación  en valores que se desarrolla en el colegio, es distinta a la que se realiza en el hogar; y aunque suene paradójico el hogar es la primera escuela que tiene todo ser humano. El acto de educar en valores consiste en desarrollar en un individuo sus capacidades intelectuales y morales. De acuerdo con Guadalupe (2007.54), la vida del hombre encierra múltiples valores como “la bondad, la verdad, la justicia, la moralidad” entre otros. Pero esas características de pluralidad de valores del mundo globalizado, puede tergiversarse si no es manejada adecuadamente.
Scheler (1980), citado en Tierno (1992), señala que los valores son cualidades especiales que  se justifican según su contenido, es decir, forman parte de los objetos, acciones y actitudes que el ser humano persigue por considerarlos valiosos. Así la salud, la riqueza, el poder, el amor, la virtud, la belleza, la inteligencia, la cultura, entre otros, son  valores que un ser humano desea en un momento determinado de su vida. Es por ello que la familia juega un papel importante en la formación del niño. La familia tiene el compromiso de inculcar valores morales a sus hijos; y la mejor manera de hacerlo es comunicándoselo mediante un diálogo abierto, lleno de absoluta confianza y mediante el ejemplo.

Carreras y otros (2006:22), exponen que “educar en valores es educar moralmente”, por su parte, Fitch (1990),  citado en Barba (1997:107), define la educación moral como aquello cuyo “propósito se orienta a la socialización de los estudiantes en términos de una conducta ética personal y de responsabilidad social derivada de los valores básicos de la sociedad”. En concordancia con los autores citados, los valores enseñan al sujeto a comportarse y a vivir en sociedad, bajo la convicción que éste tenga de la importancia o no, del valor o contravalor que pueda tener una cosa para él.
Mediante la educación moral, las personas deben aprender a pensar sobre temas morales y cívicos que son inculcados en el hogar pero que deben ser reforzados en la escuela, para que desarrollen aptitudes de razonamiento lógico y a su vez aprendan a aplicar esa capacidad de valoración en su vida personal y social.
Educar integralmente a la persona supone para el docente una condición sistemática, según Corbo (2002), conforma la dimensión ética del sujeto, tanto de quien enseña como de quien aprende. El docente se constituye en un modelo a seguir. Al respecto Jumsai y Burrows (2000:8), señalan que los docentes pueden educar en valores humanos mediante su ejemplo, dicen que “el maestro debe enseñar desde el corazón y llegar al corazón del niño”, a fin de desarrollar en los niños el máximo potencial como seres humanos y como estudiantes.

En el contexto nacional, se ha perdido los valores morales, y es tarea de la escuela enaltecer esos valores tanto en el educando como en los padres, familiares o responsables de la educación de los niños. Se sugiere a los docentes en ejercicio incorporar los valores en los procesos de enseñanza, no importa la asignatura del cual el docente es especialista. Los docentes deben llevar a la práctica laboral los valores humanos, especialmente en el nivel de preescolar y los primeros años de educación, donde los niños aprenden mediante la lúdica. Ese es el momento adecuado para inculcar valores y continuar ese proceso de enseñanza de valores en los niveles subsiguientes.
Para finalizar, a juicio de quien escribe, la religión debería ser una asignatura obligatoria de la pensa de estudios de los colegios católicos; ya que  la educación religiosa y la formación en valores humanos van tomadas de la mano en la formación integral  de los niños. Al respecto, Borborio (2000,) citado en González (2004), sugiere que la familia debe participar de esta educación rica en la fe católica, porque considera que entre las tareas educativas que tienen los padres respecto a la transmisión y vivencia de la fe, es que debe ser una educación basada en el amor de los padres entre sí como una característica elemental y permanente de una educación integral, pues comprende elementos de la vida personal, social, ética y religiosa que incide en el niño como individuo que vive en, por y para la sociedad y que es capaz de razonar, posee sentimientos, voluntades, acciones, actitudes, costumbres y comportamientos además de los valores, los cuales pueden influir en la conducta de su ser.

Pero si la familia, es una familia incompleta, es decir, hay en ella la ausencia de uno de los padres, o de ambos, o de algún otro miembro de la familia,  corresponde al resto del grupo demostrar la importancia del amor como valor fundamental sobre el cual giran los demás valores, así el niño desechará todo sentimiento de culpa que pueda tener por esa ausencia, ya que el niño, como lo expresa Rollano (2004:2), “es una ‘esponja’ que absorbe conocimientos, sin parar, puesto que todo lo que le rodea se le va descubriendo, y a su vez haciendo asociaciones con todo lo que observa”. Aquí la familia juega un papel fundamental en la formación de valores humanos, para desarrollar en él una vida con equilibrio basada en el conocimiento y el respeto a sus semejantes.

REFERENCIAS



Barba, J. (1997). Educación para los derechos humanos. México: Fondo de Cultura Económica.
Brenes y colaboradores (2007). Teoría de la educación. Costa Rica: EUNED
Cardona, A. (2000). Formación de valores: teoría, reflexión y respuestas. México: Editorial Grijalbo S.A.
Carreras y otros (2006). Cómo educar en valores: materiales, textos, recursos y técnicas. (14°ed.). España: Narcea.
Jiménez, J. (2008). El valor de los valores en las organizaciones. Venezuela: Cograf Comunicaciones. Definición de los valores. (Artículo one line) El valor de los valores en las organizaciones. Disponible en: http://www.elvalordelosvalores.com/definicion/index.html Consultado en: julio, 22,2012.
Jumsai, A. Burrows, L. (2000). Los valores humanos en la educación. Filosofía y Práctica.  México. Editorial Fundación Sri Sathya Sai de México A.C.
González, J. (2004).  Transmisión de valores religiosos en la familia. Murcia, España. Servicio de publicaciones del Instituto Teológico Franciscano
Guadalupe, M (2007).  Programa para educar en valores: la educación que transformará el país. (4°ed.) Venezuela: Editorial Paulinas.
Corbo, D. (2002). Educar: La dimensión axiológica de la educación.  Año (año 4 Nº 11 Julio de 2002). Uruguay: CO.DI.CEN
Rollano, D. (2004).  Educación en valores: teoría y práctica para los docentes.  España: Editorial Ideas Propias.
Tierno, B. (1992). Valores humanos. España: Taller Editores S.A.

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