UNIVERSIDAD
BICENTENARIA DE ARAGUA
DOCTORADO
EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
SAN JOAQUÍN DE TURMERO ESTADO ARAGUA
ASIGNATURA:
AXIOLOGÍA
EDUCACIÓN
EN VALORES HUMANOS EN LA FAMILIA Y EN LA ESCUELA VENEZOLANA
AUTORA:
|
Rosy
León
|
FACILITADOR:
|
Dr.
Gustavo Ruíz
|
San
Joaquín de Turmero, julio, 2012
El
siguiente ensayo tiene por objetivo comentar en qué consiste la educación en
valores, cuál es el papel de la familia y del docente en la formación de
valores humanos. Para tales efectos es imprescindible definir los términos
educación y valores. La etimología de la palabra educación procede del latín educare-educere, que significan conducir y extraer. Se entiende por educare el acto de conducir a un sujeto
de un estado a otro; en tanto que por educere,
se entiende el acto de sacar o extraer de ese sujeto algo, que bien pudiera ser
sus capacidades. Según Brenes y colaboradores (2007:223), “la educación es un
proceso típicamente humano, porque presupone capacidades exclusivas del hombre,
tales como la inteligencia por la cual aprende y planea su perfeccionamiento,
la libertad para auto-realizarse, el poder de relacionarse y comunicarse, la
posibilidad de socializarse”.
En
atención a la etimología del término educación y a la definición de Brenes y
colaboradores (ob.cit.), puede definirse a la educación como un proceso
sobrentendido en una condición muy particular, la modificación del hombre en
cuanto a las posibilidades de ser. De un ser que vive en sociedad, de un ser
que está en constante cambio en la búsqueda de un perfeccionamiento de sus
capacidades humanas. En consecuencia, la educación es un proceso que está
presente en todas las acciones, sentimientos y actitudes del hombre. Ahora
bien, dejando claro qué es la educación, se procede a definir el término
valores. De acuerdo con Jiménez (2008: one
line):
Los valores son
principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de
realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a
preferir, apreciar y elegir una cosa en lugar de otra, o un comportamiento en
lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.
En
otras palabras, los valores son las arraigadas creencias que tiene el hombre, las
cuales determinan su manera de ser y de orientar su conducta. Entonces, departir
sobre educación en valores, no es tarea fácil, considerando las complicaciones
presentes en la sociedad tanto para la familia como para la escuela. El
objetivo de formar tanto a niños como a adolescentes y jóvenes como individuos
que viven en, por y para la sociedad, resulta ser un trabajo de alto
compromiso, entendiendo la influencia que ejercen los antivalores existentes en
la humanidad y que son transmitidos a través de algunos medios de comunicación.
Los
padres de familia, deben estar atentos a las actividades que realizan sus hijos
en su tiempo libre. Ello no indica que deba convertirse en un vigilante
acosador del niño; sino que debe brindarle confianza y hablar con sus hijos de
los temas que puede ver en la televisión, o de la música que puede escuchar; e
incluso de los videojuegos, en los que puede participar. Ya que a través de
ellos se pudiera estar contaminando el niño con los antivalores. Entendiendo
por antivalores todo aquello que le es contrario a los valores. Cardona (2000),
los denomina valores negativos.
La educación en valores que se desarrolla en el colegio,
es distinta a la que se realiza en el hogar; y aunque suene paradójico el hogar
es la primera escuela que tiene todo ser humano. El acto de educar en valores consiste
en desarrollar en un individuo sus capacidades intelectuales y morales. De
acuerdo con Guadalupe (2007.54), la vida del hombre encierra múltiples valores
como “la bondad, la verdad, la justicia, la moralidad” entre otros. Pero esas
características de pluralidad de valores del mundo globalizado, puede
tergiversarse si no es manejada adecuadamente.
Scheler
(1980),
citado en Tierno (1992), señala que los valores son cualidades especiales
que se justifican según su contenido, es
decir, forman parte de los objetos, acciones y
actitudes que el ser humano persigue por considerarlos valiosos. Así la salud,
la riqueza, el poder, el amor, la virtud, la belleza, la inteligencia, la
cultura, entre otros, son valores que un
ser humano desea en un momento determinado de su vida. Es por ello que la
familia juega un papel importante en la formación del niño. La familia tiene el
compromiso de inculcar valores morales a sus hijos; y la mejor manera de
hacerlo es comunicándoselo mediante un diálogo abierto, lleno de absoluta
confianza y mediante el ejemplo.
Carreras y otros (2006:22), exponen
que “educar en valores es educar moralmente”, por su parte, Fitch (1990), citado en Barba (1997:107),
define la educación moral como aquello cuyo “propósito se orienta a la socialización
de los estudiantes en términos de una conducta ética personal y de
responsabilidad social derivada de los valores básicos de la sociedad”. En
concordancia con los autores citados, los valores enseñan al sujeto a
comportarse y a vivir en sociedad, bajo la convicción que éste tenga de la
importancia o no, del valor o contravalor que pueda tener una cosa para él.
Mediante la educación moral,
las personas deben aprender a pensar sobre temas morales y cívicos que son
inculcados en el hogar pero que deben ser reforzados en la escuela, para que
desarrollen aptitudes de razonamiento lógico y a su vez aprendan a aplicar esa
capacidad de valoración en su vida personal y social.
Educar integralmente a la
persona supone para el docente una condición sistemática, según Corbo (2002),
conforma la dimensión ética del sujeto, tanto de quien enseña como de quien
aprende. El docente se constituye en un modelo a seguir. Al respecto Jumsai y Burrows (2000:8), señalan que los docentes pueden educar en valores
humanos mediante su ejemplo, dicen que “el maestro debe enseñar desde el
corazón y llegar al corazón del niño”, a fin de desarrollar en los niños el
máximo potencial como seres humanos y como estudiantes.
En el contexto nacional, se
ha perdido los valores morales, y es tarea de la escuela enaltecer esos valores
tanto en el educando como en los padres, familiares o responsables de la
educación de los niños. Se sugiere a los docentes en ejercicio incorporar los
valores en los procesos de enseñanza, no importa la asignatura del cual el
docente es especialista. Los docentes deben llevar a la práctica laboral los
valores humanos, especialmente en el nivel de preescolar y los primeros años de
educación, donde los niños aprenden mediante la lúdica. Ese es el momento
adecuado para inculcar valores y continuar ese proceso de enseñanza de valores
en los niveles subsiguientes.
Para finalizar, a juicio de
quien escribe, la religión debería ser una asignatura obligatoria de la pensa
de estudios de los colegios católicos; ya que
la educación religiosa y la formación en valores humanos van tomadas de
la mano en la formación integral de los
niños. Al respecto, Borborio (2000,)
citado en González (2004), sugiere que la familia debe participar de esta
educación rica en la fe católica, porque considera que entre las tareas
educativas que tienen los padres respecto a la transmisión y vivencia de la fe,
es que debe ser una educación basada en el amor de los padres entre sí como una
característica elemental y permanente de una educación integral, pues comprende
elementos de la vida personal, social, ética y religiosa que incide en el niño
como individuo que vive en, por y para la sociedad y que es capaz de razonar,
posee sentimientos, voluntades, acciones, actitudes, costumbres y comportamientos
además de los valores, los cuales pueden influir en la conducta de su ser.
Pero si la familia, es una
familia incompleta, es decir, hay en ella la ausencia de uno de los padres, o
de ambos, o de algún otro miembro de la familia, corresponde al resto del grupo demostrar la
importancia del amor como valor fundamental sobre el cual giran los demás
valores, así el niño desechará todo sentimiento de culpa que pueda tener por
esa ausencia, ya que el niño, como lo expresa Rollano (2004:2), “es una ‘esponja’
que absorbe conocimientos, sin parar, puesto que todo lo que le rodea se le va
descubriendo, y a su vez haciendo asociaciones con todo lo que observa”. Aquí
la familia juega un papel fundamental en la formación de valores humanos, para
desarrollar en él una vida con equilibrio basada en el conocimiento y el
respeto a sus semejantes.
REFERENCIAS
Barba, J. (1997). Educación para los derechos humanos.
México: Fondo de Cultura Económica.
Brenes y colaboradores
(2007). Teoría de la educación.
Costa Rica: EUNED
Cardona, A. (2000). Formación de valores: teoría, reflexión y
respuestas. México: Editorial Grijalbo S.A.
Carreras y otros (2006). Cómo educar en valores: materiales,
textos, recursos y técnicas. (14°ed.). España: Narcea.
Jiménez, J. (2008). El valor de los valores en las
organizaciones. Venezuela: Cograf Comunicaciones. Definición de los valores. (Artículo one line) El valor de los valores en las organizaciones. Disponible
en: http://www.elvalordelosvalores.com/definicion/index.html
Consultado en: julio, 22,2012.
Jumsai, A. Burrows,
L.
(2000). Los valores humanos en la
educación. Filosofía y Práctica. México. Editorial Fundación Sri Sathya Sai de México A.C.
González, J. (2004). Transmisión
de valores religiosos en la familia. Murcia, España. Servicio de
publicaciones del Instituto Teológico Franciscano
Guadalupe, M (2007). Programa para educar en valores: la educación que
transformará el país. (4°ed.) Venezuela: Editorial Paulinas.
Corbo, D. (2002). Educar: La dimensión axiológica de la
educación. Año (año 4 Nº 11 Julio de
2002). Uruguay: CO.DI.CEN
Rollano, D. (2004). Educación en valores: teoría y práctica para
los docentes. España: Editorial
Ideas Propias.
Tierno, B. (1992). Valores humanos. España: Taller
Editores S.A.
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